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Cómo sortear las intensas sequías que se avecinan

Cómo sortear las intensas sequías que se avecinan-Portada-SDSN-Mexico
Autores: Ana Fabiola Hernández, Fernando Lezana, Jaqueline García y Diego Alfaro

Las sequías son sigilosas. En contraste con las escenas caóticas que suelen evocar desastres con causas naturales, su desarrollo puede pasar totalmente desapercibido, hasta que extensas regiones se ven envueltas por los devastadores efectos que dejan meses e incluso años de lluvias escasas. En esta nota veremos por qué en México urge tomar acciones para reducir los impactos de las sequías, revisando lecciones que guarda el pasado, considerando señales alarmantes en las proyecciones futuras y notando soluciones que brindan las nuevas tecnologías.

Los tsunamis vienen del mar, los tornados de las tormentas, y las sequías…

Empecemos definiendo una sequía meteorológica como un periodo prolongado (meses a años) de lluvias significativamente menores a las esperadas en un lugar determinado. Pero ¿por qué llovería menos un año que otro? La respuesta, interesantísima y nada obvia, se encuentra en las temperaturas del mar, las cuales modulan los patrones globales de precipitación a partir del intercambio energético entre el océano y la atmósfera (Magaña y Neri 2012; Vega et al. 2017). Esto no será ajeno a quienes han oído hablar de “el niño/la niña”, un fenómeno de gran relevancia meteorológica, caracterizado por oscilaciones periódicas en las temperaturas superficiales del océano Pacífico tropical (cada 2-7 años). Incluso se observan fenómenos oscilatorios con periodos de décadas (Seager 2008; Magaña et al. 2018). He ahí la gran relevancia climática de los pausados ritmos del océano, los cuales explican la persistencia devastadora de las sequías.

Causante de sed, hambre y el colapso de civilizaciones enteras

Muchos tenemos la fortuna de no haber experimentado una situación crítica a causa de una sequía, pero no por ello debemos subestimar sus impactos. Desde teorías sobre el colapso de las civilizaciones Teotihuacana y Maya (Ortega 2018), pasando por el llamado “Gran hambre” de 1785-1786 (Domínguez 2016; Stahle et al. 2016), hasta el evento que en 2011 expuso la vulnerabilidad alimentaria de millones de personas (El país 2012), es claro que las sequías tienen el potencial para generar afectaciones severas en México. La clave está en la palabra “potencial”, con la que buscamos transmitir que no estamos condenados a ser observadores pasivos ante la sed y el hambre causados por una sequía. Podemos prevenir que las sequías terminen en desastres.

A modo de ejemplo, consideremos acciones para proteger la agricultura, víctima natural de las sequías. En la antigüedad, cuando toda la producción agrícola dependía directamente de la lluvia, bastaba con unos años de sequía para el colapso de civilizaciones enteras. Actualmente contamos con presas para almacenar grandes cantidades de agua, y sistemas de riego para distribuirla a los cultivos. Esto nos permite gestionar la disponibilidad del agua en el espacio y el tiempo, amortiguando los efectos de las sequías. Sin embargo, las presas no son inmunes a las sequías meteorológicas, ya que el agua que almacenan proviene de lluvias. No hay que ir más lejos que la preocupante situación actual en México, en la que varias presas carecen de agua suficiente para cubrir la demanda. A esta forma de escasez de agua, distinta pero dependiente de la sequía meteorológica, le llamamos sequía hidrológica, la cual está exacerbada por el derroche: el sector agropecuario, que demanda alrededor del 76% del agua disponible en México, desperdicia más de la mitad del líquido utilizado (SINA-CONAGUA 2018). Este problema requiere acción inmediata, especialmente por lo que indican las proyecciones futuras.

Las sequías ante el cambio climático

Sabemos que el cambio climático que estamos experimentado, caracterizado por crecientes temperaturas superficiales globales, tenderá a aumentar la frecuencia y severidad de ciertos eventos extremos (Seneviratne et al. 2012), entre ellos las sequías en México. Por un lado, tenemos el aumento en las temperaturas superficiales del mar, lo cual puede causar sequías más intensas y prolongadas, especialmente en el norte del país (Feng et al. 2011). Por otro lado, un mundo más cálido favorece una dinámica, entre el suelo y la atmósfera, que inhibe las lluvias: aire más cálido retiene más humedad y causa más evaporación del suelo y transpiración de las plantas, tendiendo a secar la superficie; suelos secos proveen menos humedad a la atmósfera, dificultado el desarrollo de tormentas (NOAA-NCEI). Si a esto le sumamos los impactos que tienen los actuales cambios en el uso de suelo, como los causados por manchas urbanas crecientes, sustitución de plantas nativas o la expansión de terrenos ganaderos… ¡enfrentamos un futuro preocupante! Así lo muestra la Figura 1, donde se aprecia que México estará entre los países más afectados por sequías futuras ante escenarios probables de cambio climático.

Podemos aventajar a las sequías, siempre con la mira en el futuro

Si algo queda claro es que tenemos que tomar medidas urgentes para sortear las sequías futuras. Un buen punto de partida es aumentar la eficiencia del riego agrícola, para lo cual existen sensores de humedad, drones para diagnóstico vegetal y monitoreo satelital de parcelas en todo el país (Figura 2). Con ello podremos prevenir la transición de sequías meteorológicas hacia sequías hidrológicas. Pero algunas soluciones menos conocidas y más sorprendentes van más allá del diagnóstico, aprovechando sofisticadas herramientas de modelación predictiva y para análisis de escenarios.

Consideremos las posibilidades que ofrecen los modelos computacionales de cultivos. Al alimentar los modelos de cultivos con datos representativos de escenarios probables de cambio climático, nos es posible evaluar estrategias de sustitución de cultivos por variedades/especies tolerantes a las sequías. Incluso podemos pronosticar los impactos de las sequías en las cosechas próximas, para lo cual se acoplan los modelos de cultivos con pronósticos climáticos estacionales, estos últimos proveyendo estimaciones de condiciones meteorológicas con meses de anticipación. Si bien los pronósticos estacionales guardan más incertidumbre que los pronósticos de 1-2 semanas, pueden prever condiciones de sequías: la Figura 3 muestra un pronóstico para la temporada de lluvias 2021. Lo anterior no es un detalle menor, ya que la información prospectiva oportuna es la clave para tomar las medidas logísticas, financieras y comerciales que fortalecerán nuestra seguridad alimentaria.

Hay mucho más que decir sobre las sequías en México, incluyendo importantes eventos del pasado, otras posibilidades para mitigar y adaptarnos a sus efectos, técnicas para monitorearlas y cifras impactantes sobre la sequía que actualmente atravesamos. Más allá de las omisiones, lo importante es que estemos conscientes de lo siguiente: las sequías pueden tener efectos devastadores, especialmente si no logramos contener las emisiones de gases de efecto invernadero; pero también hay mucho que podemos hacer, desde pequeñas acciones de ahorro de agua, hasta grandes proyectos con el apoyo de las nuevas tecnologías satelitales y de cómputo.

Si te interesa saber cómo impactará la actual sequía en las cosechas de maíz de temporal en México, no te pierdas nuestra próxima nota, donde presentaremos nuestro primer pronóstico de cosechas de la temporada.

Figuras.

Cómo sortear las intensas sequías que se avecinan-Figura 1

Figura 1. Mapa global mostrando la propensión a sequías durante 2000-2009 (arriba) y durante 2060-2069 ante escenarios probables de cambio climático (abajo). México (agrandado en el extremo inferior izquierdo) estará entre los países más afectados por sequías severas durante la segunda mitad del siglo XXI. Adaptado de Dai (2011), con permiso de UCAR para su uso sin fines de lucro.

Cómo sortear las intensas sequías que se avecinan-Figura 2

Figura 2. Imagen satelital de una región agrícola en Jalisco. La gráfica muestra la evolución temporal de un índice de verdor en una parcela de maíz, ilustrando la capacidad del satélite para el monitoreo detallado de cultivos en regiones extensas. Creado con en la plataforma Google Earth Engine.

Cómo sortear las intensas sequías que se avecinan-Figura 3

Figura 3. Mapa mostrando la probabilidad de que la precipitación acumulada entre junio y octubre de 2021 se encuentren en la categoría más probable entre seco, húmedo y neutro (pronóstico emitido a principios de junio). Las categorías se definen por los terciles de la climatología de lluvias, de tal manera que azules (rojos) indican proyecciones de precipitaciones mayores (menores) al promedio climatológico. Puedes consultar un mapa interactivo actualizado y más información sobre estos pronósticos en el sitio https://climathics.com/mapas_pub/2021_v_pron/index_map.php. Elaborado con pronósticos climáticos estacionales de ECMWF-5 obtenidos en https://climate.copernicus.eu/seasonal-forecasts.

Bibliografía

Dai, A., 2011. Drought under global warming: a review. Wiley Interdisciplinary Reviews: Climate Change, 2(1), pp.45-65.

Domínguez, J., 2016. Revisión histórica de las sequías en México: de la explicación divina a la incorporación de la ciencia. Tecnología y ciencias del agua, 7(5), pp.77-93.

El País, 2012. https://elpais.com/internacional/2012/01/20/actualidad/1327098885_729925.html

Feng, S., Hu, Q. and Oglesby, R.J., 2011. Influence of Atlantic sea surface temperatures on persistent drought in North America. Climate Dynamics, 37(3-4), pp.569-586.

Magaña, V. and Neri, C., 2012. Cambio Climático y Sequías en México. Revista Ciencia, 63: 26-35.

Magaña, V., Neri, C., Vázquez, G., 2018. El riesgo ante la sequía meteorológica en México, INEGI, Edición: Vol.9, Núm.1. https://rde.inegi.org.mx/index.php/2018/04/01/riesgo-ante-la-sequia-meteorologica-en-mexico/

NOAA-NCEI, 2021. Did you know? Future Drought. https://www.ncdc.noaa.gov/monitoring-references/dyk/future-drought

Ortega-Gaucin, D., 2018. Medidas para afrontar la sequía en México: una visión retrospectiva. Revista de El Colegio de San Luis, 8(15), pp.77-105.

Seager, R., 2008. Mexican drought: natural variability and climate change from the Medieval period to the greenhouse future. Seneviratne, S., Nicholls, N., Easterling, D., Goodess, C., Kanae, S., Kossin, J., Luo, Y., Marengo, J., McInnes, K., Rahimi, M. and Reichstein, M., 2012. Changes in climate extremes and their impacts on the natural physical environment.

SINA-CONAGUA, 2018. Estadísticas del Agua en México. Edición 2018: http://sina.conagua.gob.mx/publicaciones/EAM_2018.pdf 

Stahle, D.W., Cook, E.R., Diaz, J.V., Fye, F.K., Burnette, D.J., Griffin, D., Soto, R.A., Seager, R. and Heim Jr, R.R., 2009. Early 21st‐century drought in Mexico. Eos, Transactions American Geophysical Union, 90(11), pp.89-90.

Vega‐Camarena, J.P., Brito‐Castillo, L., Farfán, L.M., Gochis, D.J., Pineda‐Martínez, L.F. and Díaz, S.C., 2018. Ocean–atmosphere conditions related to severe and persistent droughts in the Mexican Altiplano. International Journal of Climatology, 38(2), pp.853-866.